“Porque eres mía
Porque no eres mía
Porque te miro y muero
Y peor que muero
Si no te miro amor
Si no te miro
Porque tú siempre existes dondequiera
Pero existes mejor donde te quiero
Porque tu boca es sangre
Y tienes frío
Tengo que amarte amor
Tengo que amarte
Aunque está herida duela como dos
Aunque te busque y no te encuentre
Y aunque
La noche pase y yo te tenga
Y no” – Benedetti.
Aquí en la noche oscura siento el teléfono repicar y para colmo mi corazón toma posesión de tu nombre, deseamos que seas tú el que llama, suena ridículo porque tú nunca llamas pero siempre espero que seas tú. Recuerdo tu sonrisa tan indescriptible que sobrepasaba mi entendimiento, siempre quise sostener que lo nuestro duraría más y aunque sabía que no era así lo esperaba, siempre espero mucho, siempre espere mucho de ti y de mí, siempre espere mucho de nosotros, discúlpame pero no me puedo dormir en las noches pensando que estas libre y que otra puede venir y arrebatarte el pensamiento, discúlpame pero no puedo dormir si no tengo tus besos cerca, y aunque nunca me gustaron siempre los quise solo porque eran tuyos. Entonces me pongo a pensar más allá y me pregunto si todo lo que me dijiste lo dijiste por decirlo o porque lo sentías, las dudas vienen y van como la brisa y tú aunque cauteloso y en silencio siempre te quedas, esperas que me duerma e invades mis sueños, como si con pensarte no fuera suficiente. Y ahora amigo mío para eso hemos quedado, un trato entre tú y yo, un trato entre nosotros, tu trato mejor dicho, para no tener que sentirte mal, aquí en esta guerra sufre el que más quiere, y no me di cuenta, no lo note, que te quería mucho, negué quererte por mucho tiempo pero ya basta, si te quiero y me dolió, pero ahora mi amigo hasta aquí llego, gracias por los besos que más nunca me iras a dar y es que si me los quisieras dar no te los recibiría, pero gracias, tu boca ya no es más mía, te la entrego, pero eso sí, mi corazón te lo arrebato, ya no es más tuyo.
Que el silencio diga todo lo que mis letras no pueden abarcar.